23/11/09

El cómo inquietamente incierto.

De la quitud a la inquietud, del coma al cómo, al ciertamente incierto. A esa sensación a la que sólo se alcanza con 3 gramos de paracetamol y menta. Con menta y fiebre. Con menta y Mr. Tambourine susurrando mientras, sin quejarse, da vuelta tras vuelta transformado en vinilo.

El cómo inquietamente incierto me arrojó lucidez en forma de una combinación de 9 dígitos que en alguna parte al noroeste estarían resquebrajando la noche, con la estúpida idea de que alguien contestase a los repetitivos tonos de llamada de una cabina de teléfono con las teclas manchadas de chicle.



16/11/09

Te quiero.

Te quiero de una forma enfermiza, de una forma lastimera. Te quiero a reventar. Te quiero como quieren los enfermos traumáticos a sus recuerdos. Te quiero entre líneas, en diferido. Te quiero tanto que se me acoplan los sentimientos hasta que me pierdo. Te miento y te digo "te quiero de mentira", cuando te quiero de constante. Te quiero como quiere el que está al final de la vida y contempla las arrugas de su compañera de cama.

Así de simple, así de triste. Te quiero.

3/11/09

La lucha de la especie.

Que no hombre que no. Que ya está bien. Pase tus miedos, pase tus inseguridades, pase el miedo a ser feliz. Pase. Pero en esto soy irreductible, no pienso permitir que transfieras todo aquello que me define a aquella que no soy yo, en un patético intento de mejorar la especie, o algo semejante. En un patético intento de crearte algo a medida, un poquito de lo tuyo y un poquito de la otra.
Los dos somos muy de Darwin, pero te digo que de esta sobrevivo. Te digo que soy capaz de evolucionar y convertirme en depredadora para no perder en la lucha encarnizada de la especie. Y si tengo que volver a probar bocado animal y llenarme la boca de materia muerta, lo haré. Porque no. Porque ella con sus piercings y Bye con sus rarezas. Y se acabó.