25/5/09

A primera hora de la mañana.

Es curioso que haya conquistado el cénit de mi vida con tu compañía y no hayamos sido capaces de despertar ni un sólo día más tarde de la una del mediodía.

15/5/09

El reparto

Entre todas nuestras cosas a repartir, me quedo con la fiebre que desprendes cinco minutos después de caer rendido contra la almohada. Junto con eso, permíteme que me lleve el primero de tus besos, siempre fueron mejores los dormidos, los perdidos. Los que empiezan en la comisura de los labios y terminan en el segundo desayuno.

Una lástima que finalmente no llegara invitación alguna para el reparto.