Me rio bastante al leer la inocente entrada anterior.
Claro que no me ibas a dejar que estrenara la cama yo sóla, claro que no. Y joder, ahora me acuerdo por qué te echaba tanto tantísimo de menos. De repente Madrid se me antoja un poco menos desastre, y todo el calor que desprendemos los más de seis millones de personas que habitamos el centro preninsular ahora lo tengo en la piel. Que quema, que arde. Y que joder, que se jodan los "que pasarán mañana", que se jodan.
30/8/09
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ayer estuve unas horas en madrid, no vi ninguna cama llena ni vacía, pero las tortugas de atocha me parecieron una sopa de cocodrillos piedras y falos espectantes e inquietantes...
ResponderEliminara pesar de eso, me encanta madrid, creo que tienes suerte de vivir ahí, al margen de tu cama.
Una inocencia a tu favor ;)
ResponderEliminarBienvenida al infierno y al placer.
Disfruta Madrid, algún día ire. Mientra tanto, disfruto de lo que tengo. Pecados y cosas por romper.
ResponderEliminarMadrid, ese hervidero, este hormiguero, el infierno y la dicha. Madrid, donde casi nadie es madrileño. Madrid de los cojones.
ResponderEliminarTengo dos camas en Madrid y las dos son viejas, aunque resistentes. Debe estar bien eso de estrenar una.
Ah, y por supuesto, que se jodan todos esos, de blog a blog, jajaja
Mañana pasará lo que tenga que pasar .... o, en caso contrario, algo similar.
ResponderEliminarEl hoy sólo se vive una vez, cada vez que es hoy.
Bienvenida.