Nunca nadie antes me había escrito con el corazón palpitante entre las manos, acariciando el teclado, sintiendo por los poros, haciéndome caer el alma al suelo. Nunca nadie antes me había prometido que pondría en mis manos cualquier cosa que quisiera, por muy grande, o pequeña, o alta, o fuerte, o infinita que fuera. Nunca nadie antes. Y yo ahora ya no sé si sentir, no sé de cantidades, no sé cuando es mucho, no sé lo que está permitido. No sé si dejarte ver todo lo que hay detrás de mi mirada esquiva, si apostar, si ganar, si arriesgar. Yo ahora ya no sé si estoy preparada para la posibilidad de perder.
¿Y si al final quiero el infinito? ¿Y si al final te quiero a tí? ¿Pensamos en algún momento en la verdadera importancia de las cosas?.
No tengas miedo!!!
ResponderEliminarEnric
Si se trata de querer, hay que ambicionar el todo. ¿Para qué quedarse en las medianias? No sé si te sirve el comentario, pero, ahí se queda.
ResponderEliminarLo mas extraño es que a veces tampoco estamos preparados para la posibilidad de ganar. Y cuando nos han dado todo, cuando esta la duda sobre arriesgar, realmente no importa que tan "preparado"se este, nunca es lo suficiente como para aceptar perder.
ResponderEliminarEnric: No puedo evitar tenerlo, soy fuerte, pero me aterroriza que me hagan daño.
ResponderEliminarVerónica: Lo ambiciono, lo sueño, lo deseo y lo quiero. Pero tengo miedo de pedirlo.
Celia del Carmen: Hace mucho que no me toca ganar, puede que simplemente sea cuestión de falta de costumbres...